|
Federico Gómez Pardo.
|
El sufrimiento hace pensar | Pido perdón por hablar de mí mismo. Pero son mis circunstancias personales las que motivan este artículo. Acabo de salir del hospital tras una operación. La convalecencia está resultando bastante molesta y dolorosa. En esta tesitura uno comprende mejor que haya mucha gente que no le encuentre sentido a la enfermedad, al dolor y al sufrimiento. Estando en estas cavilaciones, leí la contra de La Vanguardia del día 27 de este mes de enero. Es una entrevista que hace Ima Sanchís a Bruno de Stabenrath, antiguo actor, músico y guionista. A consecuencia de un accidente de coche a los 35 años cambió su vida. Ha escrito un libro, Al galope, sobre su experiencia. De la entrevista entresaco algunos párrafos que ciertamente tienen bastante enjundia: |
Al final de la entrevista, cuando la periodista le pregunta qué ha aprendido, responde:
|
|
Pensadores descubren un sentido al sufrimiento |
Al leer esto último me acordé de lo que escribió un gran pensador francés, Gustave Thibon: Cuando un hombre está enfermo si no se encuentra esencialmente rebelado, se da cuenta de que cuando estaba sano había descuidado muchas cosas esenciales; que había preferido lo accesorio a lo esencial Después de lo anterior se despertó mi curiosidad sobre el sentido del dolor y de la enfermedad y empecé a indagar en otros autores. Esto es lo que he encontré: Dice Víktor Frankl el célebre psiquiatra judío que estuvo internado en un campo de concentración nazi: El hombre que no ha pasado por circunstancias adversas, realmente no se conoce bien. El gran escritor inglés, amigo de Tolkien, C: S: Lewis, afirma: El dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar un mundo de sordos. Y una persona bien experimentada en el dolor tras 50 años de atender enfermos, y él mismo víctima de un cáncer, el Dr. Ortiz de Landázuri, expresaba a este respecto: La enfermedad siempre nos enseña muchísimo. Es el camino que nos conduce a Dios. Es uno de los caminos más importantes para llegar a ese encuentro... y al final, uno lo agradece. Finalmente tenemos lo que señala Juan Pablo II en la Carta Salvifici Doloris: Para percibir la verdadera respuesta al porqué del sufrimiento, tenemos que volver nuestra mirada a la revelación del amor divino, fuente última del sentido de todo lo existente. El amor es también la fuente más rica sobre el sentido del sufrimiento que es siempre un misterio. Creo que la experiencia que nos cuenta Bruno de Stabenrath, confirma la veracidad de todos los testimonios anteriores. Y que yo no tengo motivos para quejarme y sí mucho que aprender del misterio del dolor. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|