El derecho a morir bien atendido

Carmen Montón. ACEPRENSA. Servicio 88/98 (extracto)

Amsterdam

Cursos organizados para voluntarios que obtienen el "Certificado de Cuidados Paliativos"

 

 

 

 

Apoyo financiero para ofrecer otras alternativas a la eutanasia

 

 

 

Holanda empieza a impulsar los cuidados paliativos

Cuando el mundo discute sobre la legalización de la eutanasia, mira a Holanda. Cuando Holanda se plantea cómo cuidar mejor a los enfermos terminales, tiene que mirar sobre todo la experiencia de otros, pues la aplicación de la eutanasia ha llevado a descuidar la Medicina paliativa. Ahora quiere recuperar el terreno perdido. Y, con la profesionalidad y método característicos de la cultura holandesa, se han puesto en marcha cursos de cuidados paliativos para profesionales del sector sanitario y voluntarios que desean atender a enfermos terminales.

Desde ahora, quienes dispongan del "certificado de cuidados paliativos" podrán mostrar que tienen cualificación para asistir a enfermos desahuciados en sus necesidades físicas, sociales y anímicas, para aliviarles en su dolor y acompañarles hasta el trance de la muerte. El curso también prepara a estos voluntarios y profesionales para ayudar a los familiares a sobrellevar la pérdida de la persona querida.


Lo que la eutanasia no soluciona

El gobierno holandés presupuestó para 1998 el equivalente de 140 millones de pesetas para la investigación y el desarrollo de cuidados paliativos con el fin de ofrecer alternativas a la demanda de eutanasia. El Centro Nacional de Apoyo a Voluntarios Cuidadores de Enfermos Terminales recibió el encargo de desarrollar el material didáctico destinado al curso. El material ofrece información básica a quienes deseen asistir a moribundos en hospitales o en sus propios hogares. A su vez, la organización forma personal docente para que organice estos cursos.

El hecho de que el gobierno holandés haya impulsado un "certificado de cuidados paliativos" no supone que intente dar marcha atrás en la práctica de la eutanasia. Aunque no esté oficialmente despenalizada, la eutanasia se tolera bajo condiciones que en la práctica han ido ampliándose cada vez más. Según cifras oficiales, en 1995 la eutanasia se aplicó a unas 10.000 personas, si bien sólo el 50% de los médicos implicados rellenan el cuestionario para comunicarlo (cfr. servicio 68/98).

Con la aceptación social de la eutanasia, se ha descuidado la medicina paliativa. Ahora se pretende desarrollar los cuidados paliativos a los moribundos, para lo cual es preciso formar a los voluntarios que se ocupen de ellos. Dentro de esta finalidad común, el enfoque de cada curso depende en la orientación de la institución que lo organice. Pionera en acogerse a esta modalidad ha sido "Cure & Care", comisión de la Fundación SOKA, que para impartir su primer curso ha elegido el Centro de Conferencias Zonnewende, en Brabante.

La motivación de los asistentes es diversa, lo mismo que su formación profesional y sus ideas. Enfermeros la mayoría, psicoterapeutas, profesoras y personas jubiladas, integraban el grupo que recibió el certificado el sábado 30 de mayo. Ninguno de ellos aspira a hacer carrera con él, pero sí a prestar sus servicios con mayor calidad profesional.

 

 

 

Las razones para dedicarse a estos cuidados son muy variadas

 

 

 


Qué mueve a los voluntarios

Roos Genet, funcionaria del Ministerio de Hacienda, afirma que ha seguido este curso "con el fin de estar capacitada para prestar un servicio a la gente que conozco cuando lo necesite. A la vez, me ha ayudado a conocer las situaciones que se pueden dar en el hospital y en qué momento y cómo se puede actuar". A Josien y Marian, estudiantes de enfermería, "la parte que más nos ha interesado del curso es la ética; nos ha reafirmado en nuestras convicciones de respeto a la vida y ahora tenemos más argumentos para hablar en clase con nuestras compañeras".

Para Pieter Verberg, asistente técnico sanitario, los cuidados paliativos no sustituyen la práctica de la eutanasia, son una oferta más. En su residencia de ancianos enfermos se habla abiertamente de la eutanasia con los pacientes. En algunos profesionales se constata que el cumplir con pulcritud las condiciones y reglas burocráticas en la práctica de la eutanasia, ha sustituido lamentablemente el discernimiento entre el bien y el mal. Si se cumplen los requisitos, no hay nada que reprocharse, no sólo ante la ley, sino también ante la propia conciencia. También Isabel Jansen, enfermera ambulante en un barrio de Den Bosch, comenta con cierta satisfacción que la eutanasia sea posible en determinados casos.

Nicoline Rutten, fisioterapeuta de Amsterdam, destaca la necesidad de que se multiplique el número de voluntarios en este sector: "La demanda de eutanasia en Holanda tiene en su origen una causa social, que es el extendido desinterés por el sufrimiento del prójimo. ¿Cuántas veces damos un rodeo por no encontrarnos con quien está en una necesidad? Cuanto menos apoyo ofrezcamos a quien sufre, más le haremos sentirse una carga". Nicoline constata a su alrededor que sólo quienes tienen una fe viva están incondicionalmente en contra de la eutanasia. "La muerte tiene que ver con lo más esencial de nuestra vida y nuestras convicciones. Quienes no tienen fe, carecen casi siempre de recursos para afrontar el sufrimiento cuando éste se va haciendo insoportable".

 

 

 

Aunque la mentalidad es pro-eutanasia es posible cambiarla con una adecuada atención al enfermo

 

 


Nunca es tarde

El proyecto está en fase experimental. Uno podría preguntarse si el deseo de ofrecer cuidados paliativos no llega tarde en un país en el que la sociedad acepta ya la eutanasia. La presidenta de "Cure & Care" y responsable del curso, Jose van Dijck, explica su prisa por empezar a poner en marcha la iniciativa: "Asistí a un simposio sobre cuidados paliativos en la Universidad Libre de Amsterdam. Me di cuenta de que estos nacían viciados. Se presentaban como una posibilidad junto a la eutanasia y no en vez de la eutanasia. Así que vi la necesidad de crear una red de cuidadores con profesionalidad y que compartan los mismos principios éticos. Sólo la abundancia de cuidados paliativos logrará erradicar la elección de la eutanasia".

Y sobre el futuro, Sietske de Wit, jefe de enfermeras del servicio nocturno en el Hospital Regional de Venlo (Limburgo), afirma: "En mi hospital hay demanda de eutanasia, como en todo el país. A veces me preocupa lo poco que puedo hacer, ya que el ambiente es favorable a la eutanasia. Una vez le dije a un enfermo que se acordase de Dios. Este señor, que insistía en que se le aplicase la eutanasia, dejó de pedirla. Nadie sabía qué había pasado.

"Desde hace dos años tratamos de ofrecer cuidados paliativos. El curso me ha aportado conocimientos. En el futuro, cuando la gente sepa que existen los cuidados paliativos, se dará cuenta de que vale la pena dejarse ayudar y que es una elección mejor que la de pedir una intervención para adelantar la muerte".

 

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