Terr Schiavo


Matar no es lo mismo que dejar morir:
el caso de Terri Schiavo

Dr. Luis E. Raez www.vidahumana.org

Al principio todo buenos propósitos         Durante el pasado mes de octubre (del 2003), tuvo lugar un debate público intenso en EEUU debido al caso de Terri Schiavo, quien reside en el Estado de la Florida. Terri sufrió una lesión cerebral aparentemente irreversible cuando estuvo hospitalizada hace más de diez años. El esposo de Terri enjuició a los doctores por negligencia médica y logró obtener cerca de un millón de dolares en indemnizaciones. Durante el juicio, el esposo conmovió al jurado diciendo que él "se iba a dedicar a cuidar a su esposa, incluso, si fuera necesario, por el resto de su vida, aunque la esposa no se recuperara nunca". Sin embargo, en menos de un año luego del fallo en su favor, el esposo pidió que los doctores empezaran a tomar medidas, como por ejemplo, no reanimar a Terri en el caso que le fallara el corazón, o acelerarle la muerte desconectándole del tubo de alimentación que tiene en el estómago. Al mismo tiempo, el esposo comenzó a frecuentar otras mujeres (actualmente convive con una de ellas, quien dice que es su "novia" y tiene un hijo con ella).
Con el paso del tiempo...         Hace más de diez años que existe una batalla legal entre los padres y amigos de Terri –incluyendo el personal del hospicio que la cuida y no le cobra nada– y el esposo de ella. Hasta el mes de octubre (2003) habían logrado que el esposo no desconectara a Terri del tubo de alimentación, lo cual le hubiera causado la muerte por hambre y deshidratación. Pero luego, lamentablemente, un juez falló a favor del esposo y Terri fue desconectada del tubo y dejada sin comida y agua por casi cinco días. Afortunadamente, los legisladores de la Florida aprobaron una ley que autorizaba al gobernador de la Florida, Jeb Bush, reinstalar el tubo de alimentación. El esposo ha prometido regresar a los tribunales a tratar de quitarle a Terri la alimentación y el agua nuevamente. Tanto él como los partidarios de la eutanasia dicen que Terri está en un "estado vegetativo persistente", lo cual quiere decir que abre los ojos pero no tiene conciencia. Ellos utilizan este argumento como un pretexto para privarle de los alimentos, causándole así la muerte, ya que, según ellos, "ese tipo de vida no es vida". Sin embargo, el testimonio de los padres, amigos e incluso el sacerdote que le lleva la comunión hace tres años, contradice este diagnóstico, ya que parece que Terri ha respondido en algunas ocasiones a ciertos estímulos.
El llamado "estado vegetativo"         Ante esta situación, mi profundo desacuerdo se fundamenta en el hecho de que actualmente tenemos la ciencia y la tecnología para probar que el cerebro de una persona muere cuando toda su actividad cesa de forma total (incluyendo el tronco cerebral) e irreversible, que es la definición médica y moralmente aceptada de la muerte. Si dicha definición es aplicada escrupulosamente, no habría problema en desconectar a alguien de instrumentos que estén manteniendo al corazón latiendo artificialmente o funcionando a los pulmones de la persona que ya murió. Sin embargo, el diagnóstico de "estado vegetativo persistente" es más controversial, menos exacto y no justifica de por sí dicha desconexión. Existe la idea general de que cuanto más tiempo pase la persona en este estado, la probabilidad de recuperarse es menor. En el caso de Terri, debido a los testimonios de los familiares y amigos, el diagnóstico es más inexacto todavía, y a ello se agregan las intenciones del esposo que son cuestionables y que no tienen el apoyo de la familia de Terri.
La protesta del médico coherente         Más que el debate por la vida o la muerte de una paciente, este es un debate en torno a la eutanasia en EEUU. Es importante recordar que practicar la eutanasia significa hacer algo activa o pasivamente con el claro fin de matar a una persona para presuntamente ahorrarle sus últimos sufrimientos. Los cristianos tenemos el concepto de "dejar morir" que significa: no prolongar innecesariamente la vida por medios extraordinarios o desproporcionados, es decir, por medios que son inútiles para conservar la vida o cuyos beneficios son inferiores a las gravosas cargas y serios sufrimientos que causan, y dejar que el plan de Dios, que es llevarse a la persona, continúe. Terri, por ejemplo, no está conectada a ninguna máquina especial, ella se alimenta por un tubo en el estómago, que es algo que muchos pacientes con cáncer cargan discretamente debajo de la ropa, que no causa muchas molestias y que permite nutrir a la persona. También la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU en 1994 estableció claramente que es obligatorio dar agua y alimentos durante todo el tiempo que el beneficio derivado de ello sea mayor que el dolor o sufrimiento que se pueda agregar a un paciente (estamos hablando de sufrimientos graves). El agua y los alimentos no son considerados "medios extraordinarios", como las máquinas que mantienen la vida artificialmente cuando ha ocurrido la muerte total e irreversible del cerebro, como expliqué más arriba. En este caso también queda claro que aunque Terri estuviera en un "estado vegetativo persistente", esta complicación médica no es fatal. La muerte no es inminente y la expectativa de vida es larga, como hasta ahora lo ha demonstrado Terri sobreviviendo más de diez años. De hecho, el sólo término de "estado vegetativo persistente" es una ofensa a la dignidad de la persona, ya que da a entender que la persona se valora por la utilidad que tiene para la sociedad, en este caso ninguna, porque es considerada, de forma ofensiva, como un "vegetal".
Una pendiente deslizante         Si Terri pierde su caso ante los tribunales y el esposo consigue que muera de hambre y sed, se estará abriendo la puerta en la Florida, y por tanto en otros Estados, para que los tribunales legislen a favor de la eutanasia en EEUU. De justificarse la muerte de Terri como "legal y justa", quedará un paso muy pequeño para la aprobación de la eutanasia de alguien que esté comatoso o de alguien que esté demente y, en consecuencia, de alguien que esté de repente paralítico –y así sucesivamente. Este principio llamado "la pendiente resbaladiza" ("the slippery slope") se ve en todo el mundo cuando la "cultura de muerte" --como la llama el Papa Juan Pablo II– en la que vivimos, empieza a destruir nuestros principios morales paso a paso. Lo mismo se dio, por ejemplo, en Holanda, donde la eutanasia se legalizó para pacientes con cáncer terminal, luego los tribunales se volvieron más laxos y ahora se permite la eutanasia a personas deprimidas que no tienen ninguna enfermedad terminal, o incluso de recién nacidos que puedan nacer con una malformación.
Los más débiles más expuestos

        En EEUU aún tenemos presente la tragedia que fue la aprobación del aborto para una mujer presuntamente violada en 1973 –que confesó después de muchos años que había mentido– y luego los tribunales se fueron insensibilizando más aún, hasta permitir el horrendo aborto de niños de nueve meses a punto de nacer por medio del aborto de "nacimiento parcial". Los casos como el de Terri no son tan raros y, de abrirse la puerta a la eutanasia, se estaría exponiendo a más de 3 millones de ciudadanos estadounidenses a este crimen contra la humanidad. Estamos hablando de todos aquellos de edad avanzada, que viven en casas de ancianos y hospicios, quienes serían fácilmente amenazados por su poca lucidez mental o su depresión, algo frecuente entre ellos.

        Incluso, el falso concepto de "matar por misericordia" es una aberración, ya que ello sólo se les hace a los animales y no a los seres humanos, quines tienen una dignidad única, universal e irrenunciable, dada por Dios, aún en la peor enfermedad y estado físico. El valor de la vida de un ser humano no puede ser reducido o valorado por la utilidad que éste le represente a la sociedad, sino por el hecho de ser persona.

La persona tiene dignidad sólo por serlo

        La Iglesia Católica siempre ha explicado claramente que la gente enferma o debilitada tiene derecho a ser cuidada y atendida para llevar la mejor vida posible, y que atentar contra su vida es moralmente inaceptable. Asimismo, se reconoce que el paciente enfermo tiene derecho a una muerte digna en el sentido de que no hay necesidad de aceptar procedimientos médicos extraordinarios o desproporcionados, que solamente agraven el sufrimiento del enfermo y le prolonguen artificialmente la vida en una forma mínima, como ya hemos explicado más arriba. Ello es totalmente contrario a la intención pasiva o activa de matar a una persona, como en el caso de la eutanasia.

        La vida de Terri Schiavo es tan valiosa como la vida de cualquier político, deportista famoso o la vida de cualquiera de nosotros.

  Nota de VHI: Para obtener una explicación más exacta y detallada sobre la eutanasia de lo que permite un breve artículo, remitimos al lector a nuestra sección "Eutanasia y suicidio" de nuestro portal, sobre todo al enlace a la "Enseñanza de la Iglesia Católica", que también se encuentra en dicha sección: http://www.vidahumana.org/vidafam/eutanasia/eutanasia_index.html .

El Dr. Luis E. Raez es Profesor Auxiliar de Medicina Clínica, Epidemiologia y Salud Pública, en la Sección de Hematología Clínica y Oncología Médica del Departamento de Medicina del Sylvester Comprehensive Cancer Center, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami.

 

Conceptos

Testimonios

Los médicos

Gente diversa

Correo

La Filosofía

El Derecho

Con la Iglesia

New

Principal