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Retirar el respirador y
otros medios técnicos
Dr. Antonio Pardo. Bioética
Médica. Universidad de Navarra |
A continuación dos aspectos:
Sobre la moralidad de retirada de tratamientos a los pacientes. Cuando se habla de retirada del tratamiento, el fin suele ser evitar un gasto excesivo, un tratamiento molesto o penoso para el paciente, etc. Los efectos que se toleran son los inconvenientes que se siguen de dejar de tratar al enfermo. Puede ser su agravamiento o su muerte, el acortamiento de su expectativa de vida, etc. | |
Valorar intención y consecuencias |
Para que una retirada de tratamiento sea éticamente correcta, debe haber proporción entre lo que se intenta y lo que se tolera. Es decir, los fines deben ser buenos, y los efectos tolerados proporcionados con lo que se intenta. Ejemplos:
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Valoraciones propias en cada situación |
Hay que señalar que la terminología más difundida ("dejar morir al paciente") es sumamente confusa, ya que la intención del médico puede ser distinta: puede que no pretenda como objetivo de lo que hace que el paciente muera. Si esa fuera la intención del médico, su acción sería mala. Pero si la muerte del paciente no es intencionada, la retirada de un tratamiento caro e inútil no es eutanasia (que consiste en provocar intencionadamente la muerte del paciente). Es preocupación por contener el gasto médico dentro de justos límites. Si se continuara unos días ese tratamiento inútil, el efecto tolerado sería que no se podrían tratar otros pacientes que podrían utilizar los recursos que se desperdician. Indudablemente, puede actuarse de otra manera si influyen otros factores. Así, la intención de que una familia que no se haya hecho cargo de la situación no piense que estamos matando a su ser querido puede justificar mantener ese tratamiento, inútil para el enfermo, pero momentáneamente útil para que no piensen mal de la Medicina, hasta que los convenzamos de que no hay nada que hacer. |
Factores a considerar |
Sobre la obligatoriedad moral de instaurar tratamiento. El fin que se persigue debe ser bueno. A este fin se refiere la utilidad del tratamiento, que se ha de considerar en sentido amplio: puede ser para algo distinto de la curación. Los efectos que se toleran pueden ser las molestias para el paciente, los problemas económicos (y la atención a otros pacientes que se pierde por atender a éste), etc. Para que la acción sea buena, el que actúa debe querer globalmente cosas buenas; esto exige que los efectos tolerados sean proporcionados con lo que se intenta. |
Criterios |
De aquí se derivan las siguientes reglas:
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Aplicación a algunos casos comunes.
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Comentario: La corrección ética de estos casos varía con la opinión del paciente (que indica el grado molestia), y con los medios técnicos disponibles en la atención sanitaria en ese lugar (que pueden hacer desproporcionado un gasto grande). |
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