Según Delgado, la necesidad de pronunciarse sobre la eutanasia
se debe a que el tema está en la sociedad y a la existencia de
corrientes pro-eutanasia que, a su juicio, conducen a banalizar el problema.
En este sentido Sánchez Nicolay apuntó que no existen
fisuras en el colectivo médico sobre su papel en la eutanasia.
En cuanto a situaciones complejas, como la del
tetrapléjico gallego Ramón Sampedro, Delgado aseguró
que su actitud podría deberse a la falta de medios. «Si
un enfermo pide que se le mate es porque está mal atendido en
su proceso de morir», indicó. Los cuidados paliativos, añadió,
están para que esa situación no se produzca. La población,
dijo Delgado, debe pedir que les den una muerte confortable, no un suicidio.
--¿Qué ocurriría si se legaliza
la eutanasia por ley?
--La objeción de conciencia es un derecho
fundamental de los médicos. Mantendremos esta postura, la defensa
de la vida.
--¿Y qué posición toman con
la eutanasia pasiva?
--Eutanasia sólo hay una. Es acabar con
la vida del enfermo de manera deliberada. La eutanasia pasiva se usa
maliciosamente para vender la eutanasia como un bien.
--¿Estamos ante una nueva medicina, la de
la muerte?
--La medicina paliativa ha existido siempre.
Otra cosa es que en los últimos años, con los avances
técnicos y la hospitalización de la muerte, quizás
los médicos no hayamos sabido dar una respuesta. Hoy estamos
muy concienciados y reclamamos formación.
--¿Tienen límites los cuidados paliativos,
por ejemplo medicar a una persona para que no se entere de su proceso?
--Depende. Si tiene dolores o angustia, sí.
Pero no valen recetas. La atención de la muerte debe ser individualizada.
--El avance médico conlleva más
enfermos crónicos. ¿En este contexto no cree que les podrían
exigir una eutanasia?
--Ese es el riesgo. Se empieza por el enfermo
terminal y se llega a los ancianos, deficientes, etc. Por eso somos
tan reticentes.
M.J.E.
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