La eutanasia y el suicidio asistido también están mal desde el punto de vista secular

    Por Brian Clowes, Ph.D.
    Director del Instituto de Capacitación para la Defensa de la Vida y la Familia de Human Life International

 

 

 

Hay que argumentar con eficacia también sin la fe

Introducción
Una cosa es hablar a favor del carácter sacro de la vida humana creada a imagen y semejanza de Dios, pero otra cosa es cuando los que estamos en contra de la eutanasia y del suicidio asistido tenemos que hablarle a alguien que está a favor de estos crímenes y que no cree en Dios o el "dios" en quien cree permite que la persona haga lo que de la gana.

Los activistas provida tienen que ser capaces de hablar en términos de las consecuencias negativas que la eutanasia y el suicidio asistido tienen en la sociedad, como, por ejemplo, la inseguridad personal, el aumento de la violencia y el fraude, etc. Y deben ser capaces de explicar estas consecuencias en términos muy específicos y relevantes.

 

 

La previsión de muerte falla


La eutanasia es para siempre
En EE.UU. se han registrado cientos de casos en los cuales los médicos han creído que los pacientes se encontraban en un estado de "coma irreversible" y que luego han despertado y vuelto a la vida normal. Entre estos casos están los de Teisa Franklin, Scott y Jeff Mueller, Jacqueline Cole, Carrie Coons, Harold Cybulski y Barbie Blodgett.

En cada uno de estos casos --y en cientos de otros que se reportan o no se reportan cada año-- los médicos han condenado a una muerte dolorosa a personas respecto de las cuales ellos estaban "completamente seguros" que no se iban a recuperar. Sin embargo, en aproximadamente el 50% de estos casos, el paciente sí se recuperó, parcial o completamente.

 

Criterios económicos poco razonables


A la luz de estos datos, es evidente que a la hora de predecir el futuro de aquellos pacientes a quienes se les considera en un "estado vegetativo persistente", no hay plena seguridad de que no se van a recuperar. Es evidente también que los motivos principales de muchos profesionales de la salud es ahorrar recursos médicos y controlar los costos, no el salvar o mejorar a la vida humana.

Es irónico el hecho de que el Estado esté dispuesto a gastar millones de dólares en múltiples apelaciones para asegurarse de que cada reo que va a ser ejecutado sea verdaderamente culpable de sus cargos, pero al mismo tiempo no esté dispuesto a tener el mismo cuidado con personas cuyo único "crimen" es haber sido consideradas, por la profesión médica, "vidas que no valen la pena ser vividas". La pena capital es para siempre, es verdad; pero también lo es la eutanasia.

De manera que, para ser consistentes, aquellos que se oponen a la pena de muerte también deben oponerse a la eutanasia.

 

 

Se han triplicado en los últimos años


La eutanasia promueve el suicidio
Nos guste o no, uno de nuestras funciones más importantes como adultos en la sociedad es ser ejemplo para las personas más jóvenes o de menos experiencia. Después de todo, lo que le enseñemos a la juventud determinará en gran parte qué rumbo ellos a su vez le darán al mundo y qué clase de mundo nuestros nietos heredarán. Además, lo que le enseñemos a la gente joven determinará como ellos nos tratarán a nosotros cuando seamos ancianos y estemos enfermos.

En EE.UU., la tasa de suicidios entre los adolescentes se ha triplicado en los últimos 15 años hasta alcanzar la cifra de más de 2,500 muertes por año. Nos enteramos de los pactos suicidas y de los asesinatos-suicidios de adolescentes casi semanalmente. Los expertos en la demografía del suicidio (suicidólogos) consideran que esta situación es una "epidemia".

 

 

Seamos coherentes


¿Qué clase de ejemplo le da un adulto a los adolescentes cuando comete suicidio porque teme el dolor o la "pérdida de su dignidad" o porque teme la posibilidad de sufrir un desconocido grado de dolor en el futuro --dolor que probablemente pueda ser aliviado?

Si nuestra sociedad acepta la eutanasia, ¿cómo podremos decirle a un adolescente desesperado que él no tiene derecho a matarse si la chica que él "adora" lo rechaza? ¿Qué le diremos a la jovencita que pierde el respeto por sí misma por haber caído en la fornicación o al joven qué fue despedido de la universidad por no aprobar los cursos?

Los adolescentes y los jóvenes no aceptan la doblez. No aceptan el mandamiento de "Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago". Si legalizan la eutanasia y nuestra sociedad la acepta, la "epidemia" de suicidios de adolescentes se convertirá en una "pandemia", con quizás de 10.000 a 20.000 casos más al año. ¿Cómo reaccionaremos ante los 25.000 casos de suicidios de adolescentes al año sin presentarnos como unos hipócritas?

 

 

 

La estrategia engañosa del caso límite


La mentalidad en pro de la eutanasia es miope y holgazana
Los activistas a favor de la eutanasia son muy astutos y hábiles en manipular la opinión pública apelando a las emociones por medio de la presentación de "casos difíciles" y apelando al interés propio. Creen que todos debemos ser capaces de suicidarnos y que la sociedad no debe preocuparse por actos tan auto-destructivos.

Esta mentalidad no es sólo irresponsable, sino también extremadamente peligrosa. En la sociedad todos desarrollamos, a través de la vida, un complejo sistema de relaciones. Cada persona afecta a muchas otras de forma significativa todos los días, muchas veces sin ni siquiera darse cuenta.

 

 

 


La eutanasia es un tipo de cáncer social agresivamente maligno, que tiene un comienzo insignificante pero que se extiende rápidamente. Nadie puede vivir con un cáncer agudo, y ninguna sociedad puede sobrevivir si sus miembros se destruyen a sí mismos en números alarmantes.

Todas las células del cuerpo trabajan juntas para promover el bien común del organismo. De manera similar, las personas trabajan juntas para promover el bien común de la sociedad. Cada uno de nosotros juega un papel vital en este complejo corpus.

 

 

 

Sólo los muertos no tienen opciones


La eutanasia es la desesperación personificada
¿Qué expresión más profunda de la desesperación puede haber que el matarse a uno mismo? En algunas ocasiones, muchas personas han experimentado una desesperación tan grande que hasta han considerado qué fácil sería el simplemente "tirarlo todo por la borda" y morir. Este tipo de desesperación puede llevar fácilmente a cometer este acto fatal a más de una de las 25.000 personas que se suicidan cada año en EE.UU.

 

 


Eso es una tontería. Mientras estemos en esta vida, tenemos la posibilidad de mejorar nuestra situación. Nosotros mismos podemos generar opciones si hemos aprendido a tener iniciativa e imaginación. Más todavía, siempre habrá personas, iglesias, grupos y agencias dispuestas a ayudarnos, no importa cuáles sean nuestros problemas.

Matarse a uno mismo, desde luego, sí significa realmente perder el control. Después de todo, ¡los muertos no tienen opciones!


Nota: Este artículo es traducción de "Why is Euthanasia Wrong from a Secular Viewpoint?", en Brian Clowes, Ph.D., The Facts of Life (Front Royal, Virginia, EE.UU.: Human Life International, 1997), 148-149. Este magnífico libro es una fuente completa de información (en inglés) sobre todos los temas que tienen que ver con la defensa de la vida y la familia. Para obtenerlo, diríjase a las oficinas de Human Life International, cuyos datos se encuentran en Organizaciones que luchan contra de la eutanasia y el suicidio asistido.


Fuente: U.S. Department of Commerce, Bureau of the Census. Reference Data Book and Guide to Sources, Statistical Abstract of the United States, 1995. Washington, D.C.: U.S. Goverment Printing Office. Table 128, "Death Rates, by Selected Causes and Age: 1980 to 1992.

 

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