PILDORA DEL ÚLTIMO DÍA: LA NUEVA FRONTERA

El partido radical-liberal quiere una ley aún más amplia

Maurizio Blondet - Nuestro Invitado Avvenire 5.XII.2000

Conceden el suicidio asistido incluso para quien está afectado por "nihilismo filosófico"

La formación política "D66" tiene en mente otras reformas fúnebres como el aborto después de 36 semanas.

 

 

Se plantean la promoción de un fármaco universalmente disponible para cuantos quieran acabar con su vida


La legalización de la eutanasia no es suficiente para los radicales de los Paises Bajos.

"Me pregunto si no ha llegado el momento de abrir en la sociedad el debate sobre la eutanasia para personas que no encuentran ningún sentido a seguir con vida", dijo poco después de la aprobación de la ley por ella promovida, Els Borst, ministro de la Sanidad. Se trata del derecho al suicidio asisitido de aquellos que están afectados por depresión o por nihilismo filosófico, en nombre de la autonomía de la persona.

Superada la pildora del día después, nos encontramos ahora con la "pildora del último día". Éste puede ser el siguiente paso en Holanda. El fármaco todavía no definido tiene ya un nombre: "Drion pildora", por el nombre del parlamentario que la propuso: ("Cada anciano debería tener en su mesita de noche el producto para acabar su existencia").

 

 

 

Todo al revés

Es cierto que Els Bors milita en el partido "Democrates 66", la menor de las formaciones que constituyen el actual gobierno; sin embargo es la guía que impulsa la expansión de la nueva "legalidad" liberal-radical.

D66 ha supeditado el futuro de la coalición a la aprobación de la nueva ley sobre la eutanasia; para evitar la crisis, los dos partidos mayoritarios, el laborista (PvDA) y el liberal (VVD) se han puesto de acuerdo. Ahora, el D66 presenta un programa completo de reformas fúnebres, pero "más avanzadas": del aborto con consentimiento después las 36 semanas, a la píldora abortiva, y al irrenunciable reconocimiento de las uniones entre homosexuales. Por otra parte el partido (15 diputados en la Cámra), ha avanzado la propuesta de ley para "liberar" a los cónyuges normales de la obligación de convivir. Conclusión: convivencia prescrita para los homosexuales que hacen un "contrato de partnership", pero no obligada para los cónyuges regulares.

 

 

Impasibles ante una clamorosa aberración jurídica

No es ésta la primera aberración jurídica introducida por el derecho liberal holandés, según me explica Eugene Graas, miembro del grupo "Abogados Pro-Life". En el 1984 la Corte Suprema admitió un caso de eutanasia, bajo el argumento de "fuerza mayor". En general, el caso de "fuerza mayor" es utilizado por quien, por ejemplo, ha infringido el código de la circulación al trasladar a un herido al hospital. No se entiende que un médico pueda apelar a la obligación de haber matado al paciente "por fuerza mayor".

"Es propiamente una monstruosidad jurídica", confirma el abogado Graas: "En el conflicto de deberes --el médico no sólo debe respetar la vida, sino también aliviar el sufrimiento--, la Corte ha sancionado como prevalente el segundo, casi introduciendo "el deber" de matar a quien sufre". Nótese: en Holanda, como en Italia, la Justicia reconoce con dificultad las circunstancias de "fuerza mayor" al policía que dispara y mata a un malhechor. Así al médico se le reconoce una licencia más incuestionable que a la misma fuerza publica.

 

 

Con una pretendida buena voluntad

Por otra parte, ya hace 10 años, en 1973, la Comisión Remmelink (el nombre proviene del procurador general de aquel entonces) había intentado incluir la eutanasia dentro de las formas "normales" de terapia en el caso de pacientes terminales. En aquel entonces, el intento no fue aceptado. Pero hay que recordar que ha sido un demócrata, Hirsch Balin, ministro de la Justicia en los primeros años noventa, y hoy profesor a la Facultad Teológica de Utrecht y miembro del Consejo de Estado, quien ha introducido las primeras normas para la muerte por compasión; con la convicción de que sería mejor reglamentarlo de alguna manera, y así poner un límite a una costumbre que, en todo caso, se estaba difundiendo.

 

 

Por un "intolerable sufrimiento"

En 1994, se dio otro golpe al derecho a la vida. El motivo vino a partir del caso de una mujer de 50 años, separada, que después del fallecimiento de sus dos hijos en un accidente, había perdido el sentido de la vida.

Pidió y obtuvo de su médico la propia eliminación. La Corte Suprema estableció que el doctor había obrado lícitamente: han de tenerse en cuenta -se declaró-- las condiciones de "intolerable sufrimiento" del paciente, no las causas que la causaron.

 

 

Derecho a obtener el subsidio con la asistencia del servicio sanitario público

Así se abría la puerta a la eutanasia "justificada" por los sufrimientos no físicos, sino psicológicos. Mucho más recientemente, el último octubre, el caso del senador socialista Brongersma (de 84 años, que pretendió la "muerte dulce" con asistencia médica sin estar enfermo, sólo por estar cansado de vivir) ha abierto camino a la completa autodeterminación del suicidio y al derecho de obtenerlo con la asistencia del servicio sanitario público.

"En este caso, algún columnista ha empezado a preguntarse en los periódicos, si no hemos ido demasiado lejos" afirma Graas. Pero la reacción es débil, como la de toda la opinión pública. Según el abogado, ha sido una táctica para conseguir, forzando poco a poco la Justicia, la aceptación colectiva de la eutanasia.

 

Para chicos de 12 años sin consentimiento paterno

No es una táctica nueva. El partido a favor de la eutanasia, D66, introdujo en la última propuesta de ley, un articulo que hubiera admitido que los chicos de 12 años pudieran pedir su muerte sin el consentimiento de sus padres. Después el partido cedió antes las protestas, aumentando la edad. Actualmente está establecida a los 16 años. Así la ley, "prudentemente moderada", ha sido aprobada con mayoría absoluta.

 

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