Aclaraciones importantes

Por Adolfo J. Castañeda, Coordinador Auxiliar para Latinoamérica de Vida Humana Internacional
 

 

En esencia la eutanasia y el suicidio asistido coinciden

 

Aunque hemos llamado a este tema "La eutanasia y el suicidio asistido" es conveniente aclarar que en realidad el suicidio asistido es una forma más de eutanasia. Desde el punto de vista moral, ambos, la eutanasia y el suicidio asistido, comportan la misma calificación: constituyen un acto grave, ya que consisten en matar a una persona con el pretexto de eliminarle sus últimos sufrimientos. En el caso del suicidio asistido, la propia víctima de la eutanasia recurre a la colaboración del médico para quitarse la vida. Pero la esencia del acto sigue siendo la misma: matar a alguien con el pretexto de eliminarle sus últimos sufrimientos.

 

El Magisterio de la Iglesia equipara ambos supuestos

La Declaración sobre la Eutanasia de la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene un importante párrafo en el cual condena formalmente todo acto de eutanasia, incluyendo, sin mencionarlo por nombre, pero con términos claros, lo que constituye un suicidio asistido. En efecto, bajo la sección II titulada "La eutanasia", el mencionado párrafo declara lo siguiente: "Ahora bien, es necesario reafirmar con toda firmeza que nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad, ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. Se trata en efecto de una violación de la ley divina, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad."

 
Asimismo deben ser equiparados y los distintos tipos de eutanasia

Otra aclaración importante es el hecho de que los términos "eutanasia pasiva", "eutanasia activa", "eutanasia voluntaria" y "eutanasia involuntaria" también se refieren a distintas formas de eutanasia. Todos estos actos comportan también la misma calificación moral: constituyen un homicidio directo de una persona inocente y por lo tanto son gravemente contrarios a la dignidad de la persona humana y al orden moral.

 
La eutanasia pasiva es negar medios necesarios no desproporcionados

La "eutanasia pasiva" se refiere al negarse a suministrarle a un enfermo medios médicos que no son desproporcionados, o sea, medios que son útiles para que el enfermo pueda continuar viviendo o que incluso pueden curarlo y que no constituyen una carga grave para él -- es decir, los beneficios que reportan son mayores que las cargas.

 
La eutanasia activa es aplicar un fármaco letal o retirar medios necesarios

La "eutanasia activa" se refiere al acto de retirar medios útiles y no gravosos para el mantenimiento de la vida del paciente o para su curación -- es decir, medios que no son desproporcionados, medios cuyos beneficios son mayores que las cargas que reportan. La "eutanasia activa" también se refiere al acto de suministrarle un medio letal al enfermo.

 

Es voluntaria o involuntaria si se aplica con consentimiento del enfermo o sin él

Cuando el enfermo mismo accede a que le practiquen la eutanasia, cuando él mismo la pide (suicidio asistido) o cuando incluso él mismo se la practica (suicidio), ocurre la "eutanasia voluntaria". Cuando al enfermo le practican la eutanasia sin su conocimiento o consentimiento, ocurre entonces la "eutanasia involuntaria". Sólo en este último caso el enfermo no tiene ninguna responsabilidad moral. En todos los demás casos, tanto él como las personas que colaboraron, recomendaron, consintieron o guardaron silencio ante el acto eutanásico son responsables moralmente del mismo.

 

Según las circunstancias varía la culpabilidad

Por supuesto, hay que tomar en cuenta también el aspecto subjetivo del enfermo. Éste puede encontrarse en una situación psicológica tal que lo haga muy vulnerable a la desesperación o a tomar una decisión irracional. Su situación emocional también puede agravarse cuando el enfermo sin culpa suya no tiene conocimientos claros de los principios morales o cuando los que le rodean (médicos, familiares o amigos) también ignoran esos principios o ejercen presión sobre el enfermo en favor de la eutanasia. Cuando esto ocurre, el grado de responsabilidad moral del enfermo puede ser menor o incluso nulo, dependiendo del caso. Pero el acto de la eutanasia sigue siendo grave en sí mismo, es decir, sigue constituyendo una grave ofensa objetiva a la dignidad de la persona humana y al bien de la vida.

Vida Humana Internacional tiene disponible información adicional sobre éste y otros temas en su sitio de Internet bajo la sección "Vida y Familia". También tiene disponibles folletos, libros, y videos; solicite nuestro catálogo.

 

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