La eutanasia anda al acecho

Su despenalización en Holanda aumenta el peligro de contagio a otras naciones

Por José Ramón Pérez Aranguena, PALABRA 440, II.2001


 

Es innegable la existencia de un debate social

La aprobación de la eutanasia en Holanda a finales de noviembre, así como los pasos dados en enero por Bélgica en la misma dirección, han vuelto a traer a primera plana esa amenaza para la vida y la dignidad del hombre. En España, la Ley catalana del "testamento vital, aunque ajena a la eutanasia, ha contribuido a avivar el debate. La eutanasia anda al acecho y a ello alude Juan Pablo II en numerosísimas ocasiones. Una de la últimas, en su mensaje Urbi et orbi del 25 de diciembre, dos mil aniversario del nacimiento de Cristo: "Sombras de muerte amenazan la vida del hombre en cada una de sus fases, e insidian especialmente sus primeros momentos y su ocaso natural. Se hace cada vez más fuerte la tentación de apoderarse de la muerte, provocándola anticipadamente, como si fuésemos árbitros de la vida propia o ajena. Estamos ante síntomas alarmantes de la 'cultura de la muerte', que constituyen una seria amenaza para el futuro".

 

La triste primacía holandesa  

El 29 de noviembre, la Cámara Baja del Parlamento holandés aprobó por 104 votos contra 40 la despenalización-legalización de la eutanasia. Votó a favor la coalición gubernamental de socialistas, liberales y un partido de izquierdas. Se opusieron los democristianos y tres partidos protestantes. Cuando, en próximas fechas, el Senado cumpla la formalidad de refrendar la ley, Holanda se habrá convertido en el primer Estado soberano del mundo en admitir la eutanasia: "una triste primacía", según comentó el portavoz de la Santa Sede, Joaquín NavarroValls, al recibir la noticia.

 

Casi sin darse cuenta  

LA LEY Y LA PRACTICA
La eutanasia ha aterrizado en Holanda poco a poco, con suavidad. En este sentido, en lo que se refiere a la captación de la opinión pública, hasta lograr que la mayoría asuma la "normalidad" de la eutanasia, el proceso holandés es modelo de lo que puede ocurrir en otras naclones.

 

Una táctica repetida  

La eutanasia se "vendió" hace diez años con la misma estrategia que en todos los países se ha usado para el aborto: inflando las cifras de su práctica clandestina y asegurando que, de tolerarla, saldría a la luz pública y sería más fácil controlarla. El resultado de esa campaña fue la amplia despenalización de 1993, cuya aplicación --como en el caso de aborto-- ha sido bastante más oscura de lo que se preanunciaba.

 

En realidad es sólo un pequeño avance  

La ley recientemente votada en la Cámara Baja no supone más que un pequeño paso adelante de lo ya legislado en 1993. Vigentes desde entonces están los requisitos que se exigen al médico para ejecutar la eutanasia sin riesgos penales: que el enfermo lo pida expresamente más de una vez y sin coacciones; que otro médico vea al paciente y dé su opinión; que el estado del paciente sea irreversible y el sufrimiento insoportable.

 

El dolor puede no ser físico y el paciente no terminal

Acerca de los dos últimos requisitos, los tribunales han precisado que "irreversible" no quiere decir "terminal", y que los sufrimientos no tienen por qué ser físicos, pueden ser solamente psíquicos. Así se desprende de diversas sentencias: la más reciente, de octubre de 2000, absolvió al médico que causó la muerte de un ex-senador socialista de 86 años, físicamente sano, quien pidió la eutanasia tras caer en depresión al verse envuelto en un caso de pedofilia.

 

En 1995 más de 1000 eutanasias fueron sin consentimiento del paciente

Por otra parte, un estudio de los profesores Van del Maas y Van der Waal certificó que en 1995. de las 3120 eutanasias practicadas, algo más de 1000 se realizaron sin consentimiento explícito del paciente. Se entiende así por qué un alto porcentaje de ancianos y enfermos crónicos se refugian en hospitales "seguros", huyendo como de la peste de aquéllos en los que sospechan se les pueda practicar la eutanasia.

 

Ahora entre 12 y 16 años con consentimiento de los padres

Los principales cambios de la nueva ley, respecto a la de 1993, residen en que habrá un menor control judicial; y en que los menores de 12 a 16 años podrán pedir la eutanasia con permiso de sus padres (los adolescentes de 16 y 17 años, aun sin ese permiso).

 

Se teme que los médicos sean presionados

HABLAN LOS OBlSPOS
El mismo día de la votación parlamentaria, los obispos holandeses "deploraron profundamente" la aprobación de la nueva ley, "porque legaliza acciones que ponen fin a la vida. Entre otras cosas, se teme que la eutanasia se acepte como socialmente 'normal', que rebaje el respeto por la vida humana y que los medicos sean presionados por la sociedad para practicar la eutanasia y el suicidio asistido". Los obispos recordaban otro largo comunicado suyo de octubre de 1999, al iniciarse la tramitación de la ley

 

La Iglesia no puede bendecir esas muertes

Por su parte, el Cardenal Adrian Simonis, Arzobispo de Utrech, refrendaba en una entrevista la decisión tomada por varios obispos holandeses de denegar la Unción de Enfermos al católico que haya prestado consentimiento previo a su propia eutanasia. "No cabe pedir a la Iglesia que bendiga sacramentalmente un acto suicida", comentó.

 

 

El valor de las estadísticas

ESTADISTICAS DE OPINION
Con ocasión de la ley holandesa se ha recordado en España una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, realizada en 1995, según la cual el 62% de los preguntados estaría de acuerdo en que se practique la eutanasia a un enfermo incurable.

El valor de esa cifra queda muy matizado cuando se ve que, por tramos de edad, sólo el 35% de los mayores de 65 años respondía afirmativamente; en cambio, los menores de 35 años --lógicamente más alejados en el tiempo de la posibilidad de que se les aplique a ellos la eutanasia--, subían el porcentaje hasta el 73%.

 

El valor de la verdad  

A propósito de las supuestas opiniones mayoritarias favorables a la eutanasia, refiriéndose en su caso a Holanda, comentaba el Cardenal Simonis: "Hay que analizarlo bien. Ahora reina la autonomía, el derecho a disponer de uno mismo. Dicen: 'yo no pido la eutanasia para mí, pero no puedo negarla a quien la quiere'. Es la cuestión afrontada en la Encíclica 'Veritatis splendor', la moderna enfermedad del hombre, que ya no se adhiere a la verdad objetiva sino a la subjetividad de los sentimientos, quizá 'buenos'. No vale ya la verdad, sino sólo 'lo que yo siento como verdadero'".

 

Como es sabido no piden morir  

PETlClON DE AYUDA
Otra estadística divulgada por la prensa señalaba que el 65% de los médicos españoles y el 85% de las enfermeras ha recibido peticiones de algún enfermo para que se le aplique la eutanasia.

 

 

 

Por impactante que parezca, la estadística resulta muy poco significativa. No sólo por la excesiva generalidad del espectro contemplado, sino especialmente porque todos los expertos saben que, cuando un entermo pide la eutanasia, lo que en realidad está solicitando es alivio para su situación: ayuda y consuelo.

 

En realidad piden compasión y alivio  

Así, recogiendo su propia experiencia profesional, señalaba Manuel Sureda, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital General de Cataluña: "Más que una demanda de apoyo para morir, entiendo que ha sido una petición de apoyo psicológico y farmacológico, porque cuando uno sabe que va a morir, lo que no quiere es pasarlo mal. El verdadero temor es al sufrimiento. Los casos de eutanasia fría son absolutamente aislados y tienen un componente depresivo. En estos casos he intentado reconducir la situación, haciéndole ver al paciente la situación real, que pasa por informarle de su diagnóstico y su pronóstico. Despues de esto, nadie ha vuelto a insistir en que le ayudara a morir".

 

Olvidando a los más necesitados de solidaridad  

En el mismo sentido, afirmaba el Cardenal Simonis: "Recuerdo la última semana de mi madre, en que no dejaba de repetirnos a sus once hijos: ¡Qué peso soy para vosotros! Los viejos sienten que son un peso y por eso piden la eutanasia. Así, esta ley, que pretende regalar una nueva libertad, impone en cambio lo contrario. Olvida a los más necesitados de solidaridad humana. Y en un ambiente de falta de respeto a la dignidad de los que sufren, esta ley se convierte en una presión para los viejos: se puede, 'es lícito', luego ¡deja de ser una peso! Pero la petición de eutanasia es casi siempre sólo una petición de ayuda. Sólo una sociedad cruel, que no piensa más que en el dinero, no puede comprenderlo".

 

Se opone a todos los acuerdos internacionales sobre el tema  

PELlGRO DE CONTAGlO
Al aprobarse la eutanasia en Holanda, la reacción de la Santa Sede fue inmediata. El portavoz, Joaquín Navarro-Valls, declaró: "Esa ley contradice la Declaración de Ginebra de 1948 de la Asociación Médica Mundial, así como los principios éticos médicos aprobados por doce países de la Comunidad Europea en 1987". Aunque no los citara, otras fuentes han recordado que la ley holandesa contraviene también el Convenio Europeo de Derechos Humanos, una Resolución del Parlamento Europeo de 24 mayo de 1996 y otra Resolución, en este caso de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, de 25 de junio de 1999.

 

Hacia otros países  

En L'Osservatore Romano la noticia vino comentada por Gino Concetti, que aludía al peligro de contagio que puede provocar en otros países. En el mismo sentido se manifestó el Cardenal Ersilio Tonini: "Temo que se intentará colar estas aberraciones en la legislación de la Unión Europea. Bastará usar la ganzúa holandesa, haciendo referencia a un precedente jurídico". También él aportaba otro acuerdo internacional contravenido por la ley holandesa: "Sin embargo, existe un tratado firmado en Roma, en 1954, que compromete a todos los países signatarios a no abrir la puerta a la eutanasia".

 

 

Aunque todos los países del mundo occidental se ven afectados por el peligro de contagio, el modelo holandés puede tener especial incidencia en Bélgica y Luxemburgo, naciones vecinas, donde ya se han presentado proyectos de ley sobre la eutanasia. De hecho, Bélgica está a un paso de aprobar una ley casi calcada de la holandesa.

 

Todos deseamos y es muy bueno morir dignamente  

DERECHO A MORlR DIGNAMENTE
La cobertura intelectual de la eutanasia suele resumirse en el "derecho a morir dignamente". ¿A quién no le agradan términos tan cautivadores? La cuestión está en el contenido equívoco que se otorga a las palabras.

Para los defensores de la eutanasia, ese derecho se basa. según señalaba el 9 de diciembre la Academia Pontificia para la Vida, "en dos ideas fundamentales: a) en el 'principio de autonomía' del individuo, en virtud del cual éste tendría derecho a disponer absolutamente de la propia vida; b) en la 'insoportabilidad e inutilidad' del dolor que puede acaso acompañar a la muerte". La más activa organización española pro-eutanasia se denomina precisamente Derecho a Morir Dignamente, y la preside Salvador Pániker, su fundador.

 

No al encarnizamiento terapéutico  

Para la lógica natural, en cambio, es el derecho a una vida digna el que implica el derecho a una muerte digna y, por tanto, a un ocaso natural y no artificial de la existencia. De ahí, precisamente, su decidido rechazo tanto de la eutanasia como de su extremo opuesto, el encarnizamiento terapéutico.

 

Ya no tiene sentido hablar de dolor insufrible  

PARADOJA DEL DOLOR
Resulta por lo menos paradógico que se traiga a colación el dolor para justificar la eutanasia, cuando tanto se ha adelantado en la lucha contra el dolor y se han conseguido fármacos eficaces para aliviarlo y, en muchos casos, para eliminarlo.

 

Hoy se argumenta con el sin-sentido de la absoluta autonomía individual  

Con la Academia Pontificia para la Vida cabe "preguntarse si, bajo la justificación de la 'insoportabilidad' del dolor para el paciente, no se esconde la incapacidad de los 'sanos' de acompañarlo en su difícil esfuerzo de sufrimiento y de dar un sentido al dolor humano".

En el fondo, la paradoja sólo se resuelve cuando se reconoce que la raíz de la eutanasia no está en el dolor ni en una presunta compasión hacia el paciente que lo sufre, sino en la pretensión idolátrica de una autonomía absoluta del hombre. Lo malo es que, errando el camino, el hombre se dirige derechamente hacia su propia degeneración.

 

Soluciones "fáciles" a problemas complejos  

CUIDADOS PALIATIVOS
Las prácticas inmorales, así como las leyes que les dan carta de naturaleza, suelen ofrecer remedios "fáciles" y generalmente expeditivos a problemas muy complejos. El aserto sirve para casi toda la legislación bio-médica que se está produciendo en los últimos años: sobre el aborto, la fecundación in vitro, la clonación... y, por supuesto, la eutanasia.

 

La verdadera compasión  

En el ocaso de la vida, la medida más honrada y oportuna --aunque fuera más costosa-- son los cuidados paliativos, que engloban la atención completa --médica, espiritual, psicológica-- del enfermo, esté o no en fase terminal.

Rebelándose contra la idea de que la eutanasia represente un acto de compasión con el paciente atormentado, un médico holandés comentó al aprobarse la ley en su país: "Compasión es intensificar los cuidados paliativos para que desaparezca la demanda de eutanasia, y no poner a los enfermos en fase terminal ante la ansiedad de si pueden permitirse el lujo de pedir que se les cuide".

 

Muy pocos cuidados paliativos en Holanda  

Diversas fuentes han señalado el grave déficit de unidades clínicas de cuidades paliativos existente en Holanda, y el poco empeño que se ha puesto en crearlas en estos últimos años. Esta omisión supone ciertamente una dejación de responsabilidades políticas, a la vez que una clara falta de sensibilidad hacia las personas que sufren. Pero más grave resulta todavía que se haya aprovechado perversamente esa desidia política y humana para dar cobertura legal a la "fácil" y expeditiva práctica de la eutanasia.

 

Eutanasia por conveniencia  

EUTANASIA POSlBlLlSTA
Cuando el derecho a la vida, a una vida digna y, por tanto, a una muerte digna, no se funda en principios éticamente sólidos --racionales, no confesionales--, la aprobación o no de la eutanasia queda necesariamente sujeta al albur del oportunismo. Es lo que cabe denominar "eutanasia posibilista

 

La incoherencia de pasiva sí activa no  

Juan Antonio Belloch publicó el 3 de enero un artículo que es todo un ejemplo. El ex-Ministro socialista de Justicia e Interior recuerda allí, entre otras cosas, que el Código Penal de 1995, aprobado bajo su mandato, despenalizó la eutanasia pasiva y atenuó notablemente las penas para actuaciones delictivas en ese ámbito. Sin embargo, en referencia al ejemplo holandés, mantiene dudas sobre la conveniencia de aprobar la eutanasia activa en España.

 

La consecuencia de la falta de un criterio claro  

Tras situarse en un prudente centro entre los partidarios y los adversarios de la eutanasia, se pregunta: "¿Por qué, por ejemplo, crece en Holanda la demanda de plazas en los hospitales que garantizan el 'buen morir', pero al propio tiempo aseguran la exclusión de la eutanasia? ¿Por qué, por ejemplo, un creciente número de ancianos holandeses, aprovechando los convenios que en materia de Seguridad Social existen entre los países del Benelux, prefieren acudir a centros belgas en vez de permanecer en Holanda? Y de manera más global, ¿constituye la despenalización de la eutanasia un elemento insoportable de presión sobre los más débiles? Mientras las respuestas no sean claras y precisas, es aventurado excluir las dudas".

 

 

A decir verdad, el argumento es pobre: no basta con dilucidar --por vía sociológica o de conveniencia política-- unas pocas cuestiones circunstanciales, para que la eutanasia merezca ser entronizada como un derecho.

 

¿Porque lo impone la fe?  

CRlSTlANlSMO Y EUTANASIA
Es frecuente escuchar frases del tipo: "los católicos estáis en contra del aborto y de la eutanasia porque os lo impone vuestra fe". Aunque indudablamente la fe ilumine la razón, en el diálogo social un católico no defiende la vida en virtud de un "credo" extrapolado, sino de una sólida razón natural. Así lo ha vuelto a señalar el Papa en su reciente Carta Apostólica Tertio Millenio Ineunte (n. 51). En concreto, la defensa se basa en el valor incuestionable --previo, por tanto, a cualquier consideración utilitarista-- de toda vida humana.

 

Leyes para remendar  

El materialismo sentimentalista, propugnador de una supuesta autonomía absoluta del hombre, hunde en cambio sus raíces en el relativismo. Por eso promueve unas leyes que, ante la inconsistencia de sus principios y los desajustes que provocan, periódicamente debe remendar con "parches". Holanda es ejemplo pionero respecto a la eutanasia, como Gran Bretaña lo es respecto a la clonación.

 

Será siempre falsa piedad  

La vida humana presenta a veces situaciones difíciles de comprender y sobrellevar. Pero quien opta por soluciones como la eutanasia, no defiende al hombre, sino que lo denigra. Unicamente el debido cuidado de la persona enferma constituye una solución digna del hombre.

Como dice Juan Pablo II en la Encíclica Evangelium vitae: "la eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad; más aún, como una preocupante perversión de la misma. En efecto, la verdadera compasión hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar".

 

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