Informe semanal y eutanasia

 

A.P. Ruiz Diario de Navarra de 21 de febrero de 2001


Siempre es posible aportar algo positivo

Soy minusválida física. Con veintiséis años conocí la muerte natural de mi madre y saboreé una pizca de eternidad, pasados unos meses me sobrevino la enfermedad degenerativa que padezco, lo he pasado mal, he llorado, he sufrido roturas, silla de ruedas, dos veces estuve a punto de morirme, tuve que dejar de trabajar, de practicar aficiones y deporte, pero el dolor y la limitación me ayudó a madurar pensando si mi vida era "eso" --lo que yo producía-- u otra cosa. Me ayudó enormemente un libro que el buen capellán de un hospital me prestó: "El hombre en busca de sentido" de Victor Frankl. Y encontré ese sentido a mi vida, que no se queda en mí, sino que procuro (a veces no lo consigo) que trascienda a los demás; comencé a valorar otros dones más profundos que también Dios me había dado y que podían ayudar y servir a los que me rodeaban, como mi capacidad de darme a los demás con mi alegría, mi valor, mis recomienzos y por qué no, también mis horas bajas, ya que les daba a los otros la oportunidad de ayudarme y con eso, sentirse llenos interiormente.

Una tendenciosa manipulación informativa

No concibo que me manipulen y menos desde un ente público como la TVE. En el informe semanal del día diez de diciembre sobre la eutanasia, les dieron más espacio a los partidarios de ella que a los que defienden la vida, la conclusión del reportaje era que algún día habría que optar entre nuestra vida y nuestra libertad, presupuesto absurdo de oposición. Hoy que es inadmisible la pena de muerte, se quiere judicalizar la medicina, y eso es malo, porque en numerosas ocasiones ésta se ha equivocado (yo podría poner ejemplos) ya que "no existen las enfermedades, sino los enfermos".

Hermoseando el vicio y no la virtud

La presentación del reportaje parecía presentar el ejemplo de Holanda como un avance en los derechos del hombre, como una aportación en el terreno social, es decir, tomando partido otra vez a favor del suicidio asistido, sin tener en cuenta que la inmensa mayoría de los enfermos lo que queremos es vivir dignamente, con las ayudas que necesitemos para ello y morir cuando tengamos que morir y no antes o cuando "otro" lo decida. Esto sí que supone "ser valiente" aun cuando tengas --como yo-- una enfermedad degenerativa. Lo demás es querer manipular la opinión del ciudadano medio, creando un ambiente favorable a la eutanasia con casos extremos y particulares, --por cierto nada encomiables-- adobándolos de falsas compasiones y sentimentalismos, como si éstos fueran la generalidad, lo "razonable", lo "ético" o lo "sincero". Habría que añadir el proverbio "dime de qué presumes y te diré de qué careces". Mejor hubiera sido tratar con profundidad la cuestión, incluyendo entrevistas en el centro para tetrapléjicos en Toledo. Supongo que el reportaje no les habrá ayudado mucho en su lucha por vivir, por amor, por hacer planes...

La confusión entre dignidad y utilidad

La dignidad de la vida humana no se asienta sobre el concepto de "utilidad" (no me sirve, lo tiro y me hago otro), de una sociedad hedonista, sensual y materialista que se autodestruye, sino sobre el concepto de persona, de ser humano, capaz de darse, de recibir, de aprender, de superarse y de hacer feliz al otro. Los enfermos no somos tan inútiles como a los "útiles" o "sanos" les parece, justamente porque no estamos metidos en esa rueda estresante, podemos dar lo que a veces ellos no pueden, porque no saben o no ven las necesidades que mucha gente -a veces ellos mismos- sufren o padecen. Tenemos un lugar propio en la sociedad y allá donde el humanismo se debilite es deber primordial del Estado y entes públicos invertir en medicina paliativa y no en plantearse --porque es menos costoso-- el suicidio asistido.

 

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