Terri Schindler-Schiavo ha sido condenada a morir por desnutrición y deshidratación a menos que una nueva decisión judicial intervenga.

        Ella no es culpable de ningún crimen, excepto de ser una carga para su marido y para una sociedad egoísta. Clínicamente, ni siquiera está en un estado vegetativo permanente, pero se le ha denegado una revisión de su condición clínica.

        La base legal para esta decisión inhumana es que supuestamente ella expresó su deseo de no ser alimentada artificialmente. Sin embargo, sus padres y parientes aseguran que esa no es la voluntad de ella, y que Terri seguiría la clara enseñanza de la Iglesia católica sobre nutrición asistida e hidratación. Plantean la posibilidad de que su marido y guardian legal haya abusado sexualmente de ella, de forma manifiesta.

        Sin embargo, el núcleo real del problema es el intento de decidir acerca del derecho a vivir de un ser humano, no en base a su dignidad personal, sino en base a una evaluación externa de su calidad de vida.

        La Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) está profundamente preocupada por las posibles consecuencias de establecer un precedente así en el sistema legal de los Estados Unidos. De hecho, si Terri, como persona inocente, puede ser condenada a muerte, cualquier persona cuya vida pueda considerarse de calidad insuficiente por su guardián o un tribunal estaría en peligro de eutanasia que se le aplicaría retirándosele los cuidados básicos y ordinarios.

        La importancia de este caso va más allá de esta deplorable circunstancia. Abrirá las compuertas de la presa a la eutanasia en EEUU para todas las edades incluso sin una decisión legislativa.

        La Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), consciente de los riesgos de esta decisión para la sociedad y para el futuro de la profesión médica, apela con fuerza a las autoridades de los EEUU para que reacciones de modo inmediato y efectivo para salvar la vida de Terri y evitar las consecuencias inevitables.

        La Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas apela a los obispos de EUU para que activen todos los recursos e influencia de la Iglesia Católica para evitar esta inminente tragedia.

        Siguiendo la enseñanza del Papa Juan Pablo II y la evidencia de las ciencias médicas, creemos que a ningún ser humano, incluyendo aquellos en un estado vegetativo permanente, se les puede negar el respeto debido a una persona humana al proveerle de agua y comida, sin las cuales cualquiera independientemente de su estado de salud estará condenado a muerte.

        Tal perversión de la medicina será fuente de discriminación contra otros seres humanos, con enormes riesgos para los derechos humanos y la democracia.