No dejen morir a mi hijo

The Times, 10.01.2001

Discusión familiar Robert Wendland se mantiene vivo gracias a una sonda de alimentación. Su esposa dice que quiere que lo dejen morir de inanición quitándole la sonda. Su madre asegura que desea vivir. El caso ha llegado a la Corte Suprema de California.
Algún progreso visible En 1995 Robert sufrió un fuerte accidente automovilístico que lo dejó durante 16 meses en estado de coma, del que poco a poco fue emergiendo una débil respuesta a los estímulos externos. Su mundo interior permanece en el misterio. Un buen día pudo coger una taza, usar un pincel y empujar una pelota por una rampa, pero los expertos consideran que su nivel de consciencia es bajo, o por lo menos, eso esperan al considerar la angustia que puede experimentar el antiguo hombre de negocios al enfrentar esta situación.
Lo ven con distintos ojos Para su esposa Rose, Robert murió hace 7 años, al verlo lo que descubre es una "concha". Pero la madre de Robert, Florence Wendland, al contemplarlo descubre un hombre que aún está aquí. Detecta sentimientos de alegría o frustración como los que descubre una madre en su hijo pequeño. "Yo le pegrunté si podía besar su mano, y él puso su mano en mis labios; luego le dije si podía él besar la mía y puso mi mano en su boca".
Sería matarlo Rose desea que se le remueva la sonda de alimentación y que muera por inanición. Ella dice que esto sería una obra de misericordia. Florence pide que se le permita vivir, horrorizada ante la perspectiva de la muerte por hambre y sed de su hijo. Y en medio de esta batalla legal está Robert.

 

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